El río como horizonte se trata de un marco de investigación en el que he estado trabajando en los últimos años. Nací en una ciudad a la vera de un río que crece e inunda la ciudad periódicamente y crecí en una provincia cuya geografía está atravesada por el agua (Entre Ríos). El río fue para mí una constante en la geografía, una circunstancia diaria. El agua siempre corre, marrón y sedimentada baja desde el Brasil y se escapa al sur en el Atlántico. He incluido en esta investigación mi actividad como nadadora de aguas abiertas. En el río se nada solo y contra uno mismo, me dijeron alguna vez. Es absolutamente cierto. También es cierto que el río lo adopta a uno por un rato y lo deja ser parte de su curso. Lo arrastra, lo ayuda y se lleva un poco de uno pero le deja mucho. 

El río es luz, y la luz inunda una pintura como el agua una ciudad.

Puerto (luz)

Gouache sobre papel

15 x 20 cm.

2016

El río es sombra, proyecta oscuridad y movimiento donde el agua se cuela.

Puerto (sombra)

Gouache sobre papel

35 x 50 cm.

2016

El río es el barro, informe, lodoso.

Río (fondo)

Gouache, óleo y carbonilla sobre papel

75 x 104 cm.

2017

Barro I

Cerámica

2016

Barro II

Cerámica 

2016

Río (superficie)

Gouache y témpera al huevo sobre papel

75 x 104 cm.

2018

El río corre, tumultuoso, deviene tejido y poema.

"En el primer poema hay barro:

barro no modelado

sino lodoso e informe.

del que se mete

entre los dedos de los pies

al entrar al río.

Nosotros lo conocemos así

pero durante el primer poema

no hay río,

no hay pies,

no hay dedos,

sólo hay barro."


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