Primero lo llamé búsqueda de una identidad estética - imprecisa pero palpable y evidente para aquellos que nacimos, crecimos o pasamos por la provincia-, luego lo pensé como un diario de viaje, que buscaba realzar eso en común que vemos en un territorio arropado por ríos. Alguien alguna vez mencionó la palabra y desde ese momento se que aquello que me propuse buscar cuando comencé este registro fotográfico no era otra cosa que eso: la Entrerrianía. Curioso: la palabra denota entidad que encarna sustantivo. ¿Quién se atrevería a definirla?¿Qué es la Entrerrianía? Yo no lo sé, pero lo veo. Lo veo cuando camino, cuando viajo, cuando escucho hablar, cuando observo relaciones, disposiciones en el espacio, colores preferidos (el verde agua, por supuesto). La Entrerrianía está ahí y se escribe con mayúscula, es una idea mayor con la que comulgamos. Una idea inagotable y que nos llevaría a todos un tiempo infinito poder abarcarla. Me he propuesto un recorte parcial, arbitrario, de aquello que para mí la encarna.
El registro fotográfico que comencé en 2016 consta de un trabajo de viaje, que pasa por ciudades y pueblos, deambula con una cámara analógica al hombro y sigue camino. La búsqueda, como ya dije, es inagotable. Podría volver a los lugares, podría encontrar otros. Entiendo que el registro está incompleto, me faltan aún varios lugares que visitar. No obstante, ha tomado una dirección y empiezo a reconocer ciertas constantes. Ahora ya miro distinto que cuando empecé, ahora creo saber algo, distinguir un poco de este territorio que se multiplica como sus aguas.
Junto al registro fotográfico escribí un diario sobre los viajes en colectivos inter-urbanos que realicé, que paraban en cuanto paraje se topaban: los famosos colectivos lecheros. Estos itinerarios me permitieron llegar a localidades más pequeñas pero demandaron un ingeniería de administración del tiempo que me permitiera ir y volver en el día luego de tomadas las fotografías.
En los distintos recorridos no sólo me concentré en la cara visible de las poblaciones sino en sus usos y costumbres y sus maneras de hablar (cercanas a la mía pero con sutiles diferencias). Escuché conversaciones casuales, comentarios sobre mí al pasar y respondí preguntas sobre lo que estaba haciendo – me encontré varias veces diciendo que estaba tomando fotos porque era artista visual y explicando por qué lo que fotografiaba era relevante -. Este proyecto ha intentado abordar a través de la fotografía ese entramado colmado de historias y narraciones construidas. Los habitantes de cada una de las localidades que visité al configurar su espacio común y privado narran una manera de vivir.
