Es un poncho tejido en telar de cuadros, en su mayor parte es una doble tela, esto es, una tela que tiene dos capas, generando un diseño de un lado y su contrario del otro. Usé hilos que yo misma teñí con índigo, rubia, cúrcuma, entre otros tintes naturales. Los colores cambian en el anverso y en el reverso. El diseño está pensado a partir de los cambios de color que percibía mientras nadaba el el mar Meditarráneo: en el frente dominan el amarillo y un rojizo, y por detrás se adentra en los azules verdosos de la distancia en el agua. Lo tejí para Ulises, mi hijo, que, como todo niño, es puro movimiento.