Volver

Ya amanece más temprano pero además hoy salí antes a correr. Me encontré con unas nubes que se desgranaban del anaranjado rosáceo al celeste lila. Bordeando el Golf me crucé con un triatleta con el que compartí entrenamiento un par de meses el año pasado. ¡Hernán!, le grité mientras lo saludaba efusiva. Me saludó con vergüenza, sin tener noción de quién era. Es que sin gorra una es irreconocible. Los primeros meses del año pasado ir a nadar era para mí un logro, apenas me movía unos 1500 metros. Hacia mitad de año, por invitación de Sebastián, me acoplé al entrenamiento que hacían estos triatletas. Era ideal, nadaban unos 2000 metros y sin hacer mucha patada. Después de un par de meses ya me sentí capaz de seguir los entrenamientos de Rafa junto a Ariel Idez. Al principio no los terminaba pero hacia fin de año pude hacer los entrenamientos enteros. Listo, me dije, el año que viene entreno todo el año y para octubre ya puedo volver a hacer aguas abiertas. Ahora cuando corro, cada tanto hago algunas brazadas. No me aguanto. También trato de hacer ejercicios en seco para no perder tanto la fuerza en los brazos. De cualquier modo volver a nadar va a ser nuevamente un desafío. Como lo es volver a pintar. Era también el propósito de este año. Me resulta difícil pintar en casa, me falta concentración y tiempos prolongados. Parece que volver es siempre difícil. Ayer mientras leía la Revista Segunda Epoca pensaba que amo tanto a la pintura como a la natación. Creo que por eso no puedo destratar a ninguna de ellas, por eso me las tomo tan en serio. 

Using Format